Cuando
ya había pasado del ecuador en la lista de desfiles de la Semana de la Moda de
Milán, todavía no tenía ni una mísera conclusión a la que llegar ni unos
argumentos sobre los que sustentar esta disertación. Mi usuario de Style.com y
de Pinterest estaban ardiendo. Por delante ya habían pasado Dolce &
Gabbana, Gucci, Fendi, Marni, Bob Esponja, digo, Moschino, y hasta Prada. Había
pinceladas por aquí y por allá que me habían gustado o llamado la atención,
pero seguía sin cerrar nada en claro en mi mente.
Gucci, Moschino x Jeremy Scott, Prada and Fendi (clockwise from upper left). |
Por
fin he terminado, después de casi diez días. Y sólo os puedo decir que en Milán
he visto un poco de espectáculo, un poco de ropa de esa que habla por sí misma
(y que en realidad es el motivo por el que dos veces al año me paso más de un
mes enganchada a Style.com) y a Bob Esponja.
Empiezo
por Moschino y la colección que ha diseñado Jeremy Scott para esta mítica casa
italiana. Creo que uno de los primeros perfumes que usé, después de haber
decidido jubilar a Nenuco, fue precisamente uno de Moschino con aquella bandera
italiana en forma de lacito. A lo que iba. Jeremy Scott es el maestro de subir
a las pasarelas todas las acepciones de la trash culture. En este caso ha
fusionado todo un compendio de packaging de comida basura en forma de ropa y
accesorios con insignias de Moschino como su logo, el denim acolchado o la
interpretación de la casa Chanel del mismísimo Franco Moschino, quien en su día
tuvo que lidiar con una denuncia de mademoiselle Coco Chanel. Dudo mucho que
algo así ocurra de nuevo, ya que los ánimos están bastante más relajados en
todos los sentidos. Todavía sigo meditando si algún día me pondría el jersey
rojo con en el logo en amarillo, la M de McDonald’s o de Moschino… a gusto de
todos; pero ha sido divertido.
Moschino x Jeremy Scott |
El
espectáculo corrió a cargo de Philipp Plein. Al menos esa es la impresión que
yo tengo como mera observadora de sofá o vagón de tren. Abrir y cerrar el
desfile con Naomi Campbell e Irina Shayk creo que lo dice todo; puestas en
escena a parte con Cadillac negro incluido.
Philipp Plein |
Y
vamos con la ropa. Es muy difícil hacer una selección a través de la pantalla y
cuando la retina y la mente están saturadas de ver a Hanne Gaby Odiele o a
Jacquelyn Jablonski interpretando a mujeres completamente opuestas en intervalos de menos de una hora (cosas del
diferido y el poder que nos otorga Internet) y durante varios días seguidos.
En
Milán se pueden ver dos tipos de colecciones: aquellas en que bordados,
estampados, juegos de texturas y otros adornos son los protagonistas; o
aquellas en las que el patrón, el corte o la misma caída de una tela
perfectamente combinada hablan por sí solos. Además, y respondiendo a su
filosofía, unas firmas podemos incluirlas en el primer grupo como es el caso de
Alberta Ferretti, Dolce & Gabbana, Etro o Roberto Cavalli. Y digamos que
dentro de este grupo podríamos crear un nicho para los jerseys joya, esos con
los que no hace falta añadir nada más especial a nuestro outfit. Aquí repite
Dolce & Gabbana y su cisne, Antonio Marras, Emilio Pucci (un habitual en lo
decorativo) o MSGM.
Alberta Ferretti, Dolce & Gabbana, Roberto Cavalli and Etro (clockwise, from upper left). |
Dolce & Gabbana, Antonio Marras, MSGM and Emilio Pucci (clockwise, from upper left). |
Cuando
la ropa habla sin la ayuda de ningún adorno tenemos a casas como Bottega
Veneta, Jil Sander, Marni, Max Mara o Salvatore Ferragamo. Pero la lista no
termina aquí. Se trata de Prada y tengo que hacerle mención especial. Cada
temporada Miuccia consigue que su colección quede revolviéndose en nuestro
interior. El calzado, los abrigos, el estampado psicodélico o los vestidos
ultra insinuantes superpuestos son su propia interpretación del cine de
vanguardia de Fassbinder así como del fenómeno artístico de los años 20 y 30
alemanes. Y de todo ello, a parte de los zapatos que se merecen otro post a
parte, me quedo con esos jerseys amplios de pico y con esas líneas entre el
diseño vanguardista y un estilo deportista.
Bottega Veneta, Jil Sander, Max Mara and Marni (clockwise, from upper left). |
Prada |
Ha
habido mucho más en Milán pero como siempre esta ha sido mi versión. ¿Quién
puede ser objetivo en esto de la moda?
Salvatore Ferragamo |
I
already was at the second half in the list of the shows of Milan Fashion Week,
and not a slight conclusión to get yet neither any statements which I was to
base this dissertation on. My Style.com and Pinterest profiles were burning. I
had already watched Dolce & Gabbana, Gucci, Fendi, Marni, SpongeBob, I
mean, Moschino, and even Prada. There were brush-strokes here and there which I
liked or get my attention, but I still was not closing anything clear in my
mind.
I’ve
finished at last, alter almost 10 days. And I’m only able to tell you that in
Milan I’ve seen a little bit of show, a little bit of clothes of those ones
that speack by themselves (and which is really the reason of being hooked to
Style.com for more than one month) and SpongeBob.
I
go first with Moschino and the Collection designed by Jeremy Scott for this fabulous
Italian maison. I relieve that one of the first perfumes I had, alter retiring
Nenuco (Spanish eau de Coloane for children), it was indeed one Moschino’s with
that Italian flag tied as a ribbon. Speaking directly. Jeremy Scott is the
master in putting on the catwalks all the meanings of trash culture. In this
case he fusioned a whole compendium of junk food packaging in clothes and
accessories with Moschino insignias as its logo, the quilted denim or the
interpretation of Chanel maison by Franco Moschino himself, who had to face a denunciation
from Mademoiselle Coco Chanel. I really doubt that something similar happens
again, because the mood is quite more relaxed in every sense. Whatever! I’m
still meditating if some day I’d wear the red sweater with the Bellow logo, the
McDonald’s M or Moschino’s M… for all likes; but it has been funny.
The
show was by Philipp Plein. At least that’s the Keeling I have by simply
watching from the sofa or from the train coach. Open and close the fashion show
with Naomi Campbell and Irina Shayk I guess it means everything; apart from
performances and atrezzo including the black Cadillac, El Camino.
Let’s
go with the clothes now. It’s very diffcult to choose through the screen and
when the retina and the brain are saturated of watching Hanne Gaby Odiele or
Jacquelyn Jablonski interpretating opposed roles of women in less than one hour
periods (things of the pre-recorded shows and the power that awards us
Internet) and during several days.
Two
types of collections can be seen at Milan: those ones where embroideries,
prints, texturas games and other embellishments are the protagonists; or those
ones where the pattern, the cut or even how a fabric falls (perfectly paired)
talk by themselves. Furthermore, and as a response to its philosophy, we can
include in the first group brands like Alberta Ferretti, Dolce & Gabbana,
Etro o Roberto Cavalli. And let’s say that in this group we could create a
niche for statement sweaters, the ones that do not need anything special to add
to our outfit. Here we have to choose again Dolce & Gabbana and their swan,
Antonio Marras, Emilio Pucci (a habitual in anything decorative) or MSGM.
When
clothes say something without any help from embellishments we have brands like
Bottega Veneta, Jil Sander, Marni, Max Mara or Salvatore Ferragamo. But his
list does not end here. I’m talking about Prada and I have to do an special
mention. Every season Miuccia gets that her Collection stays squirming inside
us. Footwear, coats, a psychedelic print or ultra-suggestive dress as an over
layer are her own interpretation of Fassbinder’s avant-garde cinema and of the
1920’s-1930’s German art phenomenon. And from all this, apart from the shoes
which deserve an specific post, I choose those wide v-neck sweaters with those
printed lines with a bit of avant-garde design and a bit of sport style.
There
has been much more at Milan, but this is my own version as always. Who’s
capable to stay objective in this fashion World?
Pictures: Style.com
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